Este post fue inspirado en su totalidad por el post de “El papa de los mellis” del blog lifewithmellis.com de autoría de Paulina Larrea de Auer. Cuando lo leí, me sentí tan identificada y a la vez llena de amor por como percibía y describía ella a su compañero de vida.
Les comparto mi version:
El papá de Fede no es un papa primerizo pero se emociona con cada experiencia de Fede como si fuera su primera vez.
El papá de Fede nunca se perdió un eco ni una consulta con el ginecólogo.
El papá de Fede me avisa todas las mañanas para ir a verlo a su cuna. Cada día se levanta con la misma emoción.
El papá de Fede quiere estar presente en todo mientras está en el consultorio. Me pide fotos y videos para no perderse de nada.
El papá de Fede es el más preocupado con su alimentación. Está pendiente de todo lo que come en el día.
El papá de Fede siempre lo pone a practicar todas las recomendaciones que le deja su profesora.
El papá de Fede es el más consentidor de los dos. Ya me veo algún día como la mamá estricta.
El papá de Fede nunca se ha perdido una consulta con el pediatra. Esa cita está en su agenda con bandera de máxima importancia.
El papá de Fede siempre lo coge y lo abraza cuando llora al momento de que le ponen sus vacunas.
El papá de Fede ha estado pendiente de la lactancia desde el primer día.
El papá de Fede lo acompaña al parque: le enseña los perritos, las plantas y los carros.
El papá de Fede siempre le dice que es su clon. Y yo no puedo negarlo, son idénticos.
El papá de Fede lo lleva a la playa y le enseña el mar, el arena.
El papá de Fede lo cuida mientras mamá está trabajando en el celular.
El papá de Fede cuenta los minutos para regresar del trabajo a casa y pasar tiempo con su bebé.
Y la mamá de Fede?
Lo ve al papa con amor haciendo todo esto y se enamora cada día más.
Para Fede, es su mejor amigo, su todo.
Y yo creo que es el mejor papá del mundo.
Te amamos, Rey!